jueves, 16 de diciembre de 2010

La mujer


La mujer del cliente ha pasado por el despacho y me ha invitado a un café. Ella también lleva la empresa, más desde la parte comercial. Es muy accesible y sobretodo de total confianza.
Entre café y croissant, hemos hablado de las anécdotas de estos últimos años, y de los temas que he encontrado estudiando los costes de su empresa.
Ha venido rodado
Hemos comentado el susto inicial, el control de llamadas, y de allí he podido comentarle lo del número que facilitaba una contraseña a cambio de un montón de monedas.
No sé como lo ha hecho pero sin decir nada en concreto, me ha comentado sobre sus sospechas de los estudiantes. Más que sospechas, certidumbres Algo le han dicho a ella, también entre balbuceos y caras coloradas.
Estamos de acuerdo Fueron engañados  y metieron la pata hasta el fondo. Aún así no hicieron bien. Seguro que han aprendido que con determinados temas no se juega, que son carne de estafa
¡Qué genial es tener un cliente casado con tan inteligente mujer¡

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